Nicaragua en Miss Internacional

El certamen Miss Internacional es uno de  los cuatro más importante junto al Miss Universo, Miss Mundo y Miss Tierra, siendo este un certamen de belleza que pretende “contribuir a la sociedad global a través de Embajadoras de Buena Voluntad de la Belleza”.

Nicaragua ha tenido 26 representantes a este certamen con muy buen suceso. En nuestro país la empresa Silluetas en la encargada en la actualidad de la franquicia, quien delega a una de las cinco finalistas del certamen Miss Nicaragua para representarnos en este evento, siendo la más destacada la de María Margarita Cuadra Lacayo, quien logró ser una de las 2da finalistas del certamen a dos pasos de la corona.

Miss Internacional comenzó en 1960 en Long Beach, California, con el afán de potenciar la imagen de “Japón en una sociedad globalizada ", expresa en sitio web. El principal objetivo de este certamen es promover intercambios culturales como contribuciones internacionales entre los pueblos, puntualizan. A continuación te presentamos un recorrido por las representaciones de nuestro país en el Miss Internacional hasta la actualidad.



Primera Generación, de 1962 a 1979
La primera representante al certamen fue María Elena Hasbani en 1962, al año siguiente fue Claudia Díaz, seguida de Ileana del Carmen Rojas Arana en 1964 y  Patricia Estela Mena en 1965. La participación se interrumpe para 1966 y continua en 1967 con Milagros Argüello, seguida en 1968 por Nadia Leets Lacayo y el triunfo llegó en 1969 con Maria Margarita Cuadra Lacayo, que se ubica como segunda finalista en el certamen. 
   
Para la década de los setenta la participación inicia en 1970 con Jossie Salinas quien logra el título de Miss Simpatía, sigue en 1971 con Odilie Díaz y en 1972 con Connie Anne Ballantyne Sequeira. Para 1973 no hubo representante y Nicaragua regresa al Miss Internacional al año siguiente, en 1974 con María Amanda Rivas Argüello, en 1975 con Myra Barquero Robleto, en 1976 con María Fiallos Castellón. Para 1977 la representante fue Marie Gretchen Griffith y en 1978 la candidata fue Maria Auxiliadora Paguaga Mantilla quien además había participado en Miss Mundo 1975. Las delegadas de esta década cierran en 1979 con Maria Elena Amador.



Segunda generación; los años 90
En los años 90 la participación de este certamen fue poca, sin embargo se lograron buenas posiciones. Iniciamos en 1993 con Ida Patricia Delaney quien también fue delegada al Miss Universo en 1992. Para 1994, Nicaragua es representada por Luisa Amalia Urcuyo Lacayo, que también represento al país en Miss Universo 1993, pero se posiciona como 12va finalista del Miss Internacional en este año. Desde 1995 hasta 1998 no hubo representante y el país reanuda participación en 1999 con Claudia Alaniz, quien había ido a sin algún suceso a Miss Universo y Miss Mundo en 1998 y se ubica como 10ma finalista de la trigésima novena edición del Miss Internacional. Este ciclo se cierra con la participación de Marynés Argüello César en el año 2000.



Renne Fabiola Dávila
Siendo primera finalista del Miss Nicaragua 2001, Dávila representó a Nicaragua en varios concursos como Miss América Latina y Miss Mundo Latino, donde ganó como mejor traje típico y quedó en el cuadro de cinco finalistas. Además, Dávila fue la primer representante en el Miss Internacional de la nueva generación de reinas nicaragüenses. El traje típico que lucio se llamaba “Diosa de los Volcanes”


Marianela Lacayo
Ganadora del título de la mujer más bella de Nicaragua en 2002, Lacayo logró posicionarse en Miss Universo de ese mismo año y se alzó con el triunfo en Miss Mundo Latino Internacional. Adicional, Marianela participó exitosamente en Miss Internacional, dando a nuestro país la única clasificación al Top 15 dentro de este concurso.


Daniela Clerk
Siendo ganadora de Miss Nicaragua 2005 le tocó representar a Nicaragua en Miss Universo en Tailandia. También, representó a Nicaragua en Miss internacional para septiembre de ese mismo año. El traje típico llevaba por nombre "Diosa del Algodón" y es un diseño de Neftalí Espinoza.



Slilma Ulloa
Luego de tres años de ausencia, Nicaragua regresa al Miss Internacional en el 2009 con la participación de Slilma Ulloa, originaria de Matagalpa. Como primera finalista, Ulloa representó a nuestro país en la edición 48 de este certamen realizado esta ocasión en China. En está ocasión, el traje nacional fue un representación artística del Huipil de Masaya, original de Carlos René Cruz. Ulloa también representó a Nicaragua en Reina Hispanoamericana en 2007 y Miss América Latina de ese año, quedando de sexta finalista en este último.


Indira Rojas
La representación en Miss Internacional continuó en 2010 con Indira Rojas, primera finalista del certamen nacional en el mismo año. Rojas viajó hasta China para participar en la edición 50 de este certamen, donde se perfilaba como una favorita. El traje nacional de este año fue una representación del Gueguense diseñada por Erick Bendaña. Rojas también participó ese año en Reina Hispanoamericana, Reina del Azúcar y Reinado Internacional de la Piña, donde quedó de primera finalista.


Reyna Pérez
En 2011 la participación se interrumpe y se reanuda en 2012 con Reyna Pérez, quien fuera segunda finalista de Miss Nicaragua 2012 y por deserción de la primera finalista Keycoll Montalván, esta fue designada como Miss Nicaragua Internacional. El traje nacional de este año fue una creación de Alvaro Baldizón llamado Actividad Agrícola Chinandega.


Celeste Castillo
En 2013 la participación continua con Celeste Castillo, tercera finalista de Miss Nicaragua 2013, representará a Nicaragua en Miss Internacional de este año. Celeste lucirá un traje nacional diseñado por Erick Bendaña.
















Los datos de la participación de Nicaragua en Miss Internacional de 1962 al 2000 tienen como fuente de referencia Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Miss_International) y Pageantopolis (http://www.pageantopolis.com/). Las fotos son de Pageantopolis http://www.pageantopolis.com/ y otros sitios  web.

#SerGay360: ¡Cuando dije que era gay!

Siempre pienso que Dios ha puesto en mi camino a las personas correctas en el momento correcto y cada vez que hablo de cómo decirle a alguien que eres gay, siempre reitero la importancia de asumirse públicamente gay, pues de esa manera estamos reiterando nuestra identidad y demandando nuestro lugar en la sociedad en la que vivimos.
La universidad es el momento para muchos donde encuentran muchas libertades, para mi quizás es el momento donde verdaderamente me encontré a mi mismo. Cuando empecé a sentirme cómodo conmigo mismo, con mi identidad, con mi físico, empecé también a sentir la necesidad de compartir que era gay. Así fue como en el momento más inesperado le dije a mi mejor amiga, lo compartí con algunos colegas del trabajo y con amigos de la universidad.  Todos  reaccionaron de  una manera normal, aceptando e integrando a su sistema esa característica de mí, así como otros eran moreno, altos, flacos, narizones, yo era gay en el grupo.


Pero quizás el momento más difícil fue decirle a mi mamá, sobre todo por los estereotipos de la homosexualidad, que inmediatamente saltaron a la mente. Recuerdo  que mi primer impulso fue ser sincero con la persona que más amo, no podía permitirme que alguien le dijera cosas equivocadas de mi o que ella me sorprendiera con alguien en cualquier lugar. Tenía que ser sincero con ella por ese mismo amor. Obvio que no fue nada fácil pero sí creo que fue lo mejor, hoy en día la relación con ella se basa en la realidad de mi vida y no en un deseo o ideal de vida.

A partir de ese momento mi vida se transformó por completo, empecé a sentirme más libre como ser humano. Ahora no digo “sí, soy gay” si no que cuando llega el momento de hablar de la vida, cuento mi vida tal cual es. Tengo una pareja, se llama Carlos y vivo con él.

#SerGay360: ¡Explicarme por que era gay!

El manual de la vida no incluye un capítulo sobre identidad, cada uno lo construye en sus primeros años de vida. Yo no me asumi gay hasta que estaba en la universidad, quizás por salir del “pueblo” o por tener más “libertad”.

De lo que me acuerdo, siempre fui un niño normal. Nunca me gustaba perder. Nunca aprendí a bailar un trompo en la mano. Nunca tuve puntería para las chibolas. Me gustaba jugar kitball o un tipo de béisbol pero con una bola de fútbol. Me gustaba jugar a construir ciudades con casa, gasolineras, supermercados y andar por todos esos lugares. Me gustaba ser yo.

Siempre estuve luchando entre lo que la sociedad me pedía y lo que ser me decía, por un lado la imagen heteronormal del adolescente con muchas novias y por otro lado el rechazo al estereotipo homosexual de una ciudad como Jinotepe de que se traduce, lamentablemente, muchas veces en un travesti con poca educación. Recuerdo que en sexto grado me le “declare” a una compañera y “anduve jalando” por dos días hasta que me dejó por otro compañero con toda la virilidad encima, un prototipo de masculinidad en plena adolescencia. Ahora confieso que a mi también me atraía y lo odiaba por eso.

En secundaria, ya las ideas eran más claras sobre mi identidad pero el miedo al rechazo social y familiar, sumado a la culpa y al miedo que sentía me persiguieron durante esos cinco años. Los primero años el acoso por ser “diferente” era cosa de todos los días, ir al baño siempre fue una tortura por temor a encontrarme a alguno de los “insolentes” y decirme “cochón” era la ofensa perfecta cuando había cualquier discusión. En la secundaria también me “enamore” de mujeres pensando que teniendo novia me iba a “curar” pero por las noches los sueños de mi realidad se apoderaban de mí y me recordaban en deseo por estar con un hombre.

Siempre me reclame porque era gay. Nunca se lo dije a nadie y ante la necesidad de hablar empecé a escribir en un diario todo y cómo me sentía. Leer esas hojas es un subir y bajar de emociones, deseos, sueño y anécdotas que sólo mi diario y yo las sabremos. A lo largo de los años acumule cuatro diarios que resumen más de siete años, siempre que olvido quien soy...voy a leerlos porque amo ser gay, se que es difícil pero hoy me doy cuenta que somos la generación del cambio. En el futuro, no habrá necesidad de preguntarse pues a diario más gays hablamos y normalizamos el tema, más gays luchamos por la igualdad social, más gays demostramos que el amor entre iguales es posible, más gays llegamos a puestos públicos de poder y más gays compartimos nuestras experiencias como hoy.