Foto tomada de Internet. |
Estadísticamente Nicaragua es un país seguro, estamos por debajo de los índices de criminalidad más bajas de Centroamericana, pero hay un indicador que aún nuestro Estado no empieza a medir, hablo de los crímenes de odio hacia personas Gay-Lesbianas-Trans.
El pasado 30 de julio, regresaba del Encuentro de Blogs que se realiza en el marco del Festival de Blogs, y recibí la llamada de un activista de la Diversidad Sexual donde se me informaba sobre el asesinato de una persona trans de mi natal Jinotepe, quien fue encontrado tirado en un cauce en la ciudad de Granada. Aunque el número de personas de la diversidad sexual asesinadas únicamente llega a tres, incluyendo esta última, el problema es el motivo de la muerte pues radica en la identidad y/o orientación sexual. Ante esta situación, el Estado se tapa los ojos y la boca y anda dando pasos aislados que no contribuyen al fortalecimiento de los derechos humanos de las personas GLBT en Nicaragua.
Matar por Prejuicio
Cuando hablamos de un crimen de odio no referimos al acto motivado, total o en parte, por los prejuicios del victimario contra la raza, la religión, la discapacidad, la orientación sexual, el origen étnico o la nacionalidad. En una cronología de casos publicados en los medios de comunicación donde se involucra a personas GLBT desde 2005 hasta 2009, recogida el Centro para la Educación y Prevención del Sida (CEPRESI) en su estudio “Diagnóstico sobre los crímenes de odio por motivos de orientación sexual en contra de las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en Nicaragua”, se puede ver en este periodo los crímenes mayormente tienen que ver con triángulos amorosos. Sin embargo, hoy en día los crímenes de odio por orientación sexual o identidad de género van en aumento, sólo en nuestro países tres personas han muerto por esta razón.
Las estadísticas sobre los crímenes de odio por homofobía en Nicaragua no existe, según el mismo estudio del CEPRESI, la “justificación principal reside en la ausencia de dicha figura jurídica en nuestras normas penales que persiguen la penalidad de actos antijurídicos en perjuicio de la sociedad y del estado”. Sin embargo, la exposición pública de los crímenes de odio ha aumentado desde la creación de la Procuraduría Especial para la Diversidad Sexual en 2009, a cargo de Samira Montiel, quien ha sido un referencia para guiar y apoyar a las personas ante los mecanismos de denuncia. “La mayoría de los casos son denuncias contra la policía Nacional, el Ministerio de Salud y el de Educación. En el año 2010 tuvimos 15 denuncias y el 2011, 19. El 95% de ellas fueron resueltas, restituyendo el derecho.” expresó Montiel en una nota de Kenia Sánchez para el portal www.corresponsalesclaves.org.
A pesar del alto nivel de efectividad de procuraduría, las denuncias no deberían aumentar si no disminuir, pues el Estado debería de actuar para salvaguardar la vida de sus ciudadanos. Recientemente, en el marco de la celebración del Orgullo GLBT se demando la inclusión del delito de crimen de odio por orientación sexual e identidad de género en el Código Penal así como la aplicación de educación que incluya la diversidad sexual como un valor enriquecedor de la sociedad.
No podemos dejar que hayan más muertes de este tipo, pues la razón principal de la muerte es la intolerancia por una condición inherente al ser humano, que es la preferencia sexual. Nuestra tarea radica en no callar y siempre hablar del tema para que cada vez más personas comprenda que la diversidad no es el problema.
No podemos dejar que hayan más muertes de este tipo, pues la razón principal de la muerte es la intolerancia por una condición inherente al ser humano, que es la preferencia sexual. Nuestra tarea radica en no callar y siempre hablar del tema para que cada vez más personas comprenda que la diversidad no es el problema.
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